domingo, 29 de diciembre de 2013

El Pequesauro

El invierno se hace largo en Mallorca. Además de intentar terminar de una vez por todas con mi última novela, reconozco que empieza a atragantarse, he decidido que voy a escribir algunos cuentos infantiles a mi hijo. Para todo lector que conozca mi obra, sabrá que es oscura y triste, a pesar de que se supone que son historias de amor. Me gusta la idea de que mi hijo, cuando crezca, sepa que su padre también escribía sobre él y que cuando pensaba en él, su literatura se volvía sencilla, hermosa y llena de luz.
Os dejo el primer relato:

El Pequesauro,
por Nicolás García Anaros.

El pequeño pequesauro se sentó justo al lado su padre. Acababa de llegar del cole y no tardó en sacar cientos de la lápices de colores y un inmenso cuaderno blanco. Él padre asombrado preguntó:
- ¿Qué haces?
- Voy a hacer los deberes.
- ¿Los deberes? Pero si acabas de llegar del cole.
- Entonces pequesauro clavó sus ojos en su padre y con cierta extrañeza, dijo:
- La profe me ha dicho que si hago los deberes llegaré a ser todo lo que tú esperas de mí.
Entonces su padre esbozó una sonrisa, cogió al pequesauro en brazos, y respondió:

- Cuando eras un bebé, quería que aprendieras a andar para que algún día siguieses tu propio camino. También te enseñé las palabras para que pudieras expresarte y así tuvieras la fuerza para luchar por lo que es tuyo. Si te compraba juguetes era para darte la destreza para construir tus sueños. Y cuando te regañaba, lo hacía para que no te perdieras en la oscuridad. ¿Quieres saber qué espero de ti?, la respuesta es fácil: Tu felicidad.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Autores del siglo XXI

 Son exactamente la una y diez de la madrugada, una hora completamente normal para el que tiene la costumbre de escribir, ya sea un blog, poesía, novela, etc. Acabo de leer un post de Frank Scipion, que habla sobre el pésimo negocio que es intentar ganarse la vida como escritor; lo cierto es que este señor dice verdades como puños y su blog ciertamente merece la pena. Empieza con este párrafo:
“Conozco a mucha gente que quiere escribir libros. Hay una especie de fascinación por ser autor. Es cómo ser músico, pero cómo nos enseñan a escribir en el cole mucho más en serio que lo que lo hacen con la música, pues lo vemos más factible”.
¿Es así de simple? ¿Una persona ve accesible escribir y pierde un tiempo precioso por una fascinación por ser autor? Yo no tengo la respuesta, pero sin duda el camino de un autor es una cruz pesada con algunos pequeños parones para beber agua. Creo que sin vocación es muy difícil escribir un libro, ya sea bueno o malo debe de haber algo más.
Ser escritor es un pésimo negocio, eso es cierto y quién no lo quiera ver que siga auto-alimentado sus sueños. Pero no sólo para el autor novel, sino también para el autor consagrado que ve como Amazon ha implantado una anarquía que hace que vender un libro sea muy complicado. Ellos han perdido cuota de mercado que nosotros como comunidad se la hemos quitado. Un ejemplo: En Amazon.es, habrá unos 50.000 títulos, si cada autor vende un sólo libro al mes, haced las cuentas y veréis que es una cantidad brutal de libros al año, libros que el autor consagrado ha dejado de vender. Para el autor indie es complicado, para ellos es todavía más. Otro ejemplo de lo mal que está el mercado es que las editoriales pyme han dejado de intentar vender libros al lector para vender al autor. Ofrecen una basura a mi juicio, y me explico:
Hace poco una editorial aceptó uno de mis manuscritos. No hacía más de una semana que había sido enviado por lo que enseguida desconfíe; “si algo es demasiado bueno para ser verdad, no es verdad”. No había número de contacto, sólo un correo amable que decía que ellos correrían con los gastos. Decidí seguir el juego a ver que había detrás de tan maravillosa propuesta. El segundo correo ya incluía el contrato, ¡qué barbaridad! Seamos serios, si voy a pagar el libro de un autor lo mínimo es concertar una cita, hablar, no sé, lo que haría cualquier persona que va cerrar un trato. El caso es que el segundo correo ya había una serie de gastos que ascendían a unos nada despreciables dos mil euros, a pagar si uno quiere en cómodos plazos de tres meses gracias, por supuesto, a las ventas del libro, es decir: “No tienes que pagar, sólo firmar que vas a vender al menos cien libros sí o sí, obviamente, a veinte euros cada libro, supuse yo”. El restante, otros mil, lo pondría la editorial. Tres mil euros para publicar apenas doscientos ejemplares. Sí, cada libro publicado costaría quince euros sacarlo de la imprenta. Lo mejor es que cada libro de más de esos doscientos tendría un coste añadido de veinte euros, ¡vamos!, un chollo. Supongamos que vendo cien ejemplares a quince euros y gracias a Dios los otros cien ejemplares se venden en las librerías. Distribución 30%, librería 30 %, editorial 30%, autor 10%. Esa es la ley y así son las cosas. El caso es que si todo fuera fenomenal habría perdido unos trescientos euros. ¿No está mal? ¿Y después qué? ¿Reedito?
Uno se levanta, viste a su hijo, desayuna, se va a trabajar, vuelve a casa, cena, su mujer se acuesta, él se mete en cuarto con un viejo ordenador y escribe una novela para perder dinero si consigue vender una primera edición. ¿Es triste ser escritor? ¿No? Amazon al menos ha conseguido que uno no pierda dinero, por eso debo amar a ese portal. Entonces, ahora viene la gran pregunta:
¿qué debe hacer un autor para poder ganarse la vida?
No hay respuesta para esa pregunta porque simplemente no existe. Ni siquiera hay un camino marcado; esa es nuestra herencia como autores del siglo XXI. España, lamentablemente, se ha convertido en un país en el que una autora consagrada y ganadora de un premio Planeta, debe ir a un reality para pagar sus deudas. Un país en el que “la Esteban” es la autora que más vende. Una patria, LA NUESTRA, en la que un presentador que machaca a sus invitados, les guarda viejas rencillas y destroza la vida de “ese” que se entrecruza en su camino en beneficio de la audiencia, es el nuevo Paco Umbral. Esa es nuestra herencia...

...Autores del siglo XXI  

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Tras la senda encontré el camino

  Reconozco que no sé muy bien que voy a decir. Por ello he pensado en hacer un comentario sobre el libro de Ánonimo Ibañez, "Tras la senda helicoidal"; odio hacer comentarios, siempre que uno habla del libro de otro puede parecer un pedante, o caer en el error de no haber entendido la novela. Pero como aquí, en letraheridos, estamos para ayudarnos, aprender más y, sobre todo, mejorar nuestras obras, intentaré ser lo más honesto posible, quitando el hecho de que al autor de esta obra le tengo un gran aprecio, simplemente porque admiro a las personas que dan sin pretender recibir. En cierto modo me recuerda a mi amigo Enrique Salcedo, un quijote en un mundo que no le ha tocado vivir; sueños merecidos que no llegan.

Helicoidal: Que tiene forma de hélice.
Reconozco que tuve que buscar su significado en el diccionario, porque no comprendí su etimología. Por ello, pensé que el título llegaría a pocos lectores. A la hora de crear el título de una novela, la mayoría de autores buscan una frase que suene bien, sencilla, que resuma la esencia de la novela. “Cien años de soledad”, “Los hombres que no amaban a las mujeres”. Títulos comprensibles, que expresan mucho más de lo que uno piensa en un principio. ¿Quién no se ha sentido alguna vez solo? ¿Cien años? La soldad de una persona longeva, toda una familia, pueblo o generación. La soledad es estar solo, y cuando uno está solo no hay nadie más, y si no hay nadie, no hay amor. En definitiva; ese título no está transmitiendo que va a tratar sobre soledad, la falta de amor, el desamor, pero antes del desamor debe de ver amor, y donde hay amor cabe la posibilidad de que llegue el desamor, y por supuesto, el desamor acaba en conflicto. Y todos hemos estado en esas tesituras alguna vez, por lo cual, toca arquetipos universales con palabras sencillas. Y la misma disección podríamos hacer con el título; “Los hombres que no amaban a las mujeres”. Este ni siquiera es tan complejo como el anterior. Por ello pensé que el título utilizaba una palabra que no funcionaría: Helicoidal, no por no ser la adecuada, sino por no estar al alcance de un vistazo. Ahora bien, a mí me pasa lo mismo que Ánonimo, le doy preferencia a lo correcto, aunque no sea lo más popular. No nos ganamos la vida con la literatura, no es necesario ser popular, aunque no es menos cierto que a nadie la amarga un dulce.
Ánonimo comienza el libro fiel a sus principios, poniendo un claro protagonista que nos habla en primera persona, siempre con cierto resquemor contenido en sus palabras de vivir en un mundo que no comprende o no quiere comprender. Su redacción es impecable, quizás la elección de capítulos cortos dificulta el avance de la novela. Esto es algo muy importante, el lector siempre tiende a dejar la novela al final del capítulo para irse a dormir, etc. Si el autor elige capítulos demasiados cortos, estará invitando constantemente al lector a dejar de leer la novela. Yo, personalmente, me gusta formular una pregunta, o adelantar algo del capítulo posterior, para evitar que el lector deje de leer. Otro truco puede ser dejar un espacio. Además me gustaría decir que para sobrevivir en Amazon los primeros capítulos deben ser vertiginosos, formulando varias preguntas y desvelando gran parte de la trama para que el lector se enganche lo antes posible. Pero Ánonimo no escribe para el lector de hoy. Estoy convencido que el libro funcionaría mejor en papel, pues la gente que se gasta realmente dinero en un libro le da su tiempo, en Amazon eso es complicado. La novela está escrita con esfuerzo, trabajo y mucho del propio autor. Es un viaje que hay que masticar y comprender, requiere esfuerzo, y hoy en día el esfuerzo no es lo más popular; vivimos una era de adormilados , que le interesa más con quién se ha liado “la” Estaban, escritora Esteban, mejor dicho, que leer un libro de peso, como es “Tras la senda helicoidal”, que es un camino que todos hemos recorrido o deberíamos recorrer algún día. Se podría decir la novela es una evolución. Me voy a explicar mejor. Una silla rota en España no significa nada, en Afghanistán puede significar la decadencia de todo un país, y eso pasa con éste libro. Significa mucho si lo lees en el momento adecuado, incluso puede conllevar una transformación vital. Por ello concluyo que Ánonimo Ibañez ha sido fiel a una obra que tenía que hacer, no por él, sino por lo demás. El libro debe ser leído cuando uno tenga la sensación de necesitar un cambio o una comprensión mejor del mundo que nos rodea gracias a cosas tan triviales como la autocomprensión, los amigos, o la propia naturaleza.

Un cordial saludo,
Nicolás.

Www.nicolasgarciaanaros.com

domingo, 8 de diciembre de 2013

El Ocaso de los Ángeles

    Hace un mes tuve la fortuna de poder visitar Barcelona para asistir a un curso. Allí, entre plaza de España y plaza Cataluña, tuve la suerte de poder ver a un viejo amigo. Ambos hace tiempo, en un viejo y destartalado cuartel, soñábamos algún día con poder publicar. "Me han publicado", palabras mágicas para cualquiera que pretenda ser escritor. El caso es que tuve la fortuna de poder leer un manuscrito de mi amigo Vael Zanón, por supuesto es un seudónimo, "El Ocaso de los Ángeles". Una novela de fantasía con tintes góticos, que deja una propuesta muy atractiva de un mundo (del mañana) oscuro y decadente. Una novela adictiva, con una prosa casi poética, y un giro inesperado que todavía hoy me sigue asombrando. "El Ocaso de los Ángeles" es uno de mis recuerdos más apreciados que me gustaría compartir con vosotros, y quién haya leído alguna de mis obras, sabrá que su literatura es un referente para mí.  Creo que leer ese manuscrito fue una de las piezas claves para que haya decidido cambiar el drama por la fantasía, me di cuenta la fantasía puede ser drama, y que en el drama suele haber demasiada fantasía. El caso es que Vael me preguntó ¿qué tal es Amazon? Yo le expliqué las ventajas y las desventajas, que también las hay. Como por ejemplo el pirateo, por mi parte ya es desproporcionado (no entenderé jamás que lleva a otra persona divulgar de manera ilegal el trabajo de una persona) incluso me he encontrado "La Casa del Aire", puesta en venta en Amazon de forma ilegal, pero ya ni me molesto en denunciarlo. Pero también le hable de las ventajas, como la comunidad, o la capacidad de este portal de llevar una obra a cualquier parte del mundo. Son las cosas buenas con las que nos debemos quedar.
    Un abrazo,
    Nicolás.