domingo, 29 de diciembre de 2013

El Pequesauro

El invierno se hace largo en Mallorca. Además de intentar terminar de una vez por todas con mi última novela, reconozco que empieza a atragantarse, he decidido que voy a escribir algunos cuentos infantiles a mi hijo. Para todo lector que conozca mi obra, sabrá que es oscura y triste, a pesar de que se supone que son historias de amor. Me gusta la idea de que mi hijo, cuando crezca, sepa que su padre también escribía sobre él y que cuando pensaba en él, su literatura se volvía sencilla, hermosa y llena de luz.
Os dejo el primer relato:

El Pequesauro,
por Nicolás García Anaros.

El pequeño pequesauro se sentó justo al lado su padre. Acababa de llegar del cole y no tardó en sacar cientos de la lápices de colores y un inmenso cuaderno blanco. Él padre asombrado preguntó:
- ¿Qué haces?
- Voy a hacer los deberes.
- ¿Los deberes? Pero si acabas de llegar del cole.
- Entonces pequesauro clavó sus ojos en su padre y con cierta extrañeza, dijo:
- La profe me ha dicho que si hago los deberes llegaré a ser todo lo que tú esperas de mí.
Entonces su padre esbozó una sonrisa, cogió al pequesauro en brazos, y respondió:

- Cuando eras un bebé, quería que aprendieras a andar para que algún día siguieses tu propio camino. También te enseñé las palabras para que pudieras expresarte y así tuvieras la fuerza para luchar por lo que es tuyo. Si te compraba juguetes era para darte la destreza para construir tus sueños. Y cuando te regañaba, lo hacía para que no te perdieras en la oscuridad. ¿Quieres saber qué espero de ti?, la respuesta es fácil: Tu felicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario